MIR

Vosotros los MIR

Vosotros, presente y futuroVosotros los MIR sois el presente y el futuro de la medicina hospitalaria o de familia dentro de nuestro sistema sanitario. Vuestra obligación como profesionales es prepararos lo mejor posible y es vuestro genuino derecho el tener maestros que os transmitan su conocimiento. De igual modo es el derecho de los enfermos (o el mío propio) cuando requieran vuestra ayuda, el ser atendidos con la máxima profesionalidad y humanidad.

Sois lo mejor de los hospitales, ya que en la mayoría de vosotros está el ideal, la curiosidad ante lo nuevo, el cuestionarse las cosas y sobre todo, las ganas de ayudar y curar si está en vuestras manos. No podéis dejar que os arrebaten estos tesoros. Tenéis que ser conscientes del desánimo, desgana, aburrimiento, sumisión y desencanto de la profesión, que veréis en muchos de vuestros teóricos maestros, que además achacan su falta de adaptación y de conciencia al sistema, a los jefes, al gobierno, etc. La medicina está en vosotros y si para aliviar el dolor y el sufrimiento fuera necesaria la parafernalia de medios y pruebas de nuestra medicina, no existirían médicos en el tercer mundo y es allí donde precisamente son más útiles. Hay muchas más cosas además de las que os han enseñado en la facultad y veis en el hospital y en las revistas médicas, y todo es medicina.

Debéis uniros entre todos vosotros y si es preciso armar una revolución para exigir una buena docencia y no ser solamente una mano de obra barata o carne de cañón. Vosotros tenéis un inmenso poder, ya que podéis conseguir que le retiren a un servicio la docencia y ellos saben que no pueden funcionar sin vosotros (se han muy mal acostumbrado).

espiral

Tenéis también que desarrollar el llamado sexto sentido médico (que es una realidad con poco misterio). Todas las enfermedades tienen una impronta, aureola, aura (es difícil de definir) y es lo que debéis buscar fijándoos en el enfermo una vez hechos los diagnósticos y grabarlo en vuestro subconsciente. Esto no tiene nada que ver con las pruebas realizadas ni datos analíticos si no que va mucho más allá, pero os permitirá en el futuro hacer brillantes y rápidos diagnósticos. Del mismo modo debéis ver la predisposición a la enfermedad de las personas y la energía vital que conservan (esto último es primordial en los enfermos terminales para evitar la obstinación terapéutica). Y para poder sobrevivir a las emociones que se generan, debéis saber mantener además de una buena empatía, una apropiada distancia terapéutica. Los enfermos y sus familias no sois vosotros (todavía) y para poderlos ayudar tenéis que mantener la mente fría y tranquila para ser un sostén para ellos.

Es fundamental que os deis cuenta de la ingente cantidad de miedos que os embargan o asaltan continuamente, como son el miedo al fracaso, a las reclamaciones, a las demandas judiciales, a no hacerlo bien, a equivocaros, a ser reprendidos, a la muerte (propia y ajena). Estos miedos no conducen a nada y lo único que harán será bloquear vuestra buena praxis. Como son fruto de la educación recibida y podríamos decir forman parte de nuestro software, no podemos eliminarlos pero al ser conscientes de los mismos los controlaremos satisfactoriamente (aunque no es fácil).

La paciencia, constancia y confianza en vuestro destino, os conducirá a donde queráis ir y recordad que no somos médicos (no somos una profesión), somos seres de Luz que hacemos de médicos, que es muy diferente.

¡Acostumbraos ya al resplandor de la Luz!

La verdad en la medicina es una meta inalcanzable.
Todo cuanto está en los libros vale menos que la experiencia de un médico que piensa y razona.

Rhaces (865-925 d.C.)              

Con los médicos residentes

Algunos de mis queridos MIR